Carboncillo de Miguel Norberto Sánchez López
Poema dedicado a mis profesores de pintura, Sara, Juan y Edu, de la Fundación Caja Duero, Salamanca:
Y las estatuas. En mis sueños
de adolescente se enarbola
una afrodita de escayola
desnuda al ala del diseño.
¿Inusitada maravilla?
Mi mano y venus frente a frente
con mi ilusión de adolescente:
un papel y una carbonilla.
Ante la forma era mi estado
de pura gracia y de blancura
peregrinante a la aventura
libre, dichoso y maniatado.
Incontenible, aunque indecisa,
la línea en curva se dispara
como si un pájaro jugara
con el contorno de la brisa.
Cautivo al fin que lo promueve
y al negro árbol que lo sombrea
el claroscuro redondea
la cima exacta del relieve.
Y el azabache submarino
ciñe a la hija de la espuma
fingida en yeso, luz y bruma
de carbón, goma y difumino.
Nada sabía del poema
que en mi lápiz apuntaba.
Venus tan sólo dibujaba
mis sueños prístinos, suprema.
Feliz imagen que en mi vida
dio su más bella luminaria
a esta acedemia necesaria,
que abre su flor cuando se olvida.
Poema de Rafael Alberti
"No hay nada más hermoso que pintar un cuadro. Gracias a vosotros; nunca os olvidaré"
Miguel Norberto Sánchez López.
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